martes, 9 de junio de 2009

Encuentro

Caminaba hacia él. Imposible evitarla, cruzar, volver sobre sus pasos.
Ella también lo reconoció al instante, a pesar del tiempo que llevaban sin verse.
Él acababa de salir de su clase de guitarra.
Ella volvía de la casa de una amiga.
Está igual, pensó él mientras se acercaban irremediablemente.
Ella notó que él se había dejado la barba. No le queda tan mal, pensó.
Él recordó el momento en que se vieron por primera vez, hacía quién sabe cuántos años. Reconoció que ella estaba casi tan hermosa como aquel día.
Ella recordó también, no ese día sino otro más cercano, cuándo él le declaró su amor. Acaso divertida, notó que él estaba ahora casi tan nervioso como lo había estado entonces.
Él volvió a sentir el calor que a veces le subía desde el estómago cuando sus cuerpos se aproximaban.
Ella notó que, una vez más, no sabía donde meter sus manos. Lo mismo le pasaba, reconoció, cuando él se acercaba en otros tiempos.
El creyó ver en los ojos de ella un reflejo de esa luz que antes le había sido tan querida.
Ella, en los ojos de él, detectó ese involuntario tic que recordaba con tanto cariño.
Finalmente, se cruzaron.
Por un instante estuvieron otra vez juntos.
Ninguno dijo nada.
Ella siguió su camino.
Él pasó a su lado sin volver la cara.
Desde ese momento, entre ellos dos sólo hay distancia.